viernes, 26 de julio de 2013

Capítulo 6.

Cuando conocí a Laura era una chica tímida, lo es, mejor dicho. La noté muy insegura y desconfiada la primera vez que hablé con ella. No me creí demasiado la excusa de las universidades de Reino Unido. ¿No había buenas universidades en España? Mis padres querían enviarme allí, pero decidieron enviarme aquí. Era nuestro primer día de clase y nos costó un poco orientarnos por allí, pero conseguimos encontrar el aula. Me dirigía junto a ella hacia nuestra primera clase: matemáticas. Entré a esta pensando que Laura iba detrás mía, pero me equivoqué. No estaba, había ¿desaparecido? ¿huído? Intenté ir a buscarla pero entró el profesor y empezó la clase. (...) Tocó el timbre que señalaba el cambio de clase, cogí mi maleta y salí de allí. Quería buscar a Laura, podría estar en la habitación, en los vestuarios, en el campus etc. Solo quería encontrarla y preguntarle el porqué de su huida. Llegué al baño y escuché a alguien sollozar. Laura, fue lo primero que pensé. -Laura, ¿eres tú? -dije acercándome al baño de donde venía el ruido -Sí, snif, snif -dijo comenzado a llorar de nuevo. -Laura, abre la puerta y cuentame que te pasa, solo te quiero ayudar. -No, no quiero que me vean, quiero desaparecer -dijo llorando. -Laura, por favor. -No, no. -Laura, solo quiero ayudarte. Laura solo lloraba. Esa actitud de inmadurez de Laura me estaba hartando un poco y decidí dejarle las cosas claras. -A ver Laura, ¿¡TÚ SABES LA QUE TE PUEDE CAER POR FALTAR A CLASE?! -dije enfadada. -¿Y TÚ SABES POR LO QUE ESTOY PASANDO? -NO, NO LO SÉ. ¿POR QUÉ NO HAS IDO A CLASE? -POR QUE TENGO MIEDO. -¿MIEDO DE QUÉ? -Miedo de que me juzguen, -dijo bajando el tono de voz- miedo de que piensen mal de mí, miedo de que me acosen, de tener que huir, miedo de que me pase como en España y me intente suicidar para desaparecer de las críticas, de los insultos y de las risas. -Abre la puerta por favor -dije medio en shock. Ella abrió la puerta y la vi sentada en la taza del wc con los ojos rojos, llorosos, hinchados y enrojecidos. Mi único impulso fue abalanzarme sobre ella y abrazarla a lo que ella me respondió el gesto. Ella lloraba sin parar en mi hombro. ¿Se intentó suicidar? Ahora lo entiendo todo, la timidez, el cambio repentino de conversación en la cena. Todo encaja, como si de un puzzle se tratase. *Narra Laura* Cuando tocó el timbre que señalaba el final de la primera clase pensé que nadie me echaría en falta, que nadie se daría cuenta de que me fui de allí, aunque me equivocaba; alguien tocó en la puerta, era Sandra. -Laura, ¿eres tú? -dijo ella acercándose a la puerta; solo le veía los pies. -Sí, snif, snif -dije comenzando a llorar de nuevo. -Laura, abre la puerta y cuenta me que te pasa, solo te quiero ayudar. -No, no quiero que me vean, quiero desaparecer -dije llorando, mi único desahogo hasta el momento. -A ver Laura, ¿¡TÚ SABES LA QUE TE PUEDE CAER POR FALTAR A CLASE? -dijo ella gritando, estaba realmente enfadada. -¿¡Y TÚ SABES POR LO QUE ESTOY PASANDO!? -dije dolorida. -NO, NO LO SÉ. ¿POR QUÉ NO HAS IDO A CLASE? -POR QUE TENGO MIEDO. -¿MIEDO DE QUÈ? -Miedo de que me juzguen, -dije bajando el tono de voz, no hacía falta gritar- miedo de que piensen mal de mí, miedo de que me acosen, de tener que huir, miedo de que me pase como en España y me intente suicidar para desaparecer de las críticas, de los insultos y de las risas -dije desahogándome, quitándome un gran peso de encima.