martes, 9 de octubre de 2012

Capítulo 1.

Otra mañana, la misma rutina de siempre. Mi madre me había quitado del instituto y no me pondría en otro "hasta que yo me recuperase", ilusiones suyas. Mi madre no era la misma desde el accidente, cada vez que me miraba sentía el miedo de ver a su hija intentándose suicidar de nuevo en sus ojos, el miedo de volver a verla en una camilla medio muerta en dirección al hospital. Me levanté a desayunar. Solo me levantaba de la cama para desayunar, almorzar, cenar e ir al baño; ¿para qué hacer más? No comía casi nada, no quería engordar, por que si engordaba me dirían gorda. Bajé a desayunar y ahí estaba mi madre.
-Buenos días -dije sin ganas.
-Buenos días hija, ¿cómo estás hoy?
-Igual que los demás -dije echando el café en la taza.
-Em... esto... hija -dijo algo nerviosa.
-¿Sí? -dije girando y quedando frente a ella.
-Pues... que yo solo quiero lo mejor para ti y estar aquí en España te está haciendo daño.
-Mamá, ¿que quieres decir con eso?
-La semana que viene te vas a Reino Unido, exactamente a Wolverhampton, allí e encontrado una buena academia donde estudiarás y vivirás durante el curso que te queda.
Me quedé en shock. No sabía si llorar de alegría por escapar de aquí y sentirme libre o llorar de pena por dejar mi ciudad natal, mi Málaga, mi madre, mi hermano Fran, el cuál no vivía con nosotras y a mi padre. Ellos estaban separados pero mi relación tanto con el como con ella no había cambiado en nada. En ese momento solo decidí darle un abrazo, seguido de un "gracias mamá" con mi voz rota. A continuación subí a mi cuarto y me tumbé en mi cama aunque con algo diferente. Esta vez no pensaba en el "¿por qué a mí?", si no en un "¿por qué la vida me da una segunda oportunidad? ¿Por qué a mí?" Una segunda oportunidad para volver a nacer, para empezar de nuevo y dejar mi pasado atrás. A las pocas horas bajé a almorzar. Feliz. Sí, estaba... feliz, sonaba raro que esa palabra saliera de mi boca. Cuando bajaba las escaleras yo esbozaba una sonrisa, una sonrisa de felicidad, era libre, que bien sonaban esas dos palabras. Cuando llegué a las cocina mi madre se sorprendió al verme con esa sonrisa. Ella me devolvió la sonrisa, un gesto que desde hace tiempo no asomaba por su rostro. Nos sentamos a comer.
-Mamá, ¿cuándo sale el avión? -pregunté.
-Dentro de tres días. Te dejaré en un papel la dirección de la academia para que cuando cojas un taxi en el aeropuerto te lleve allí directamente.
-Gracias -dije de nuevo.
-Solo quiero lo mejor para ti.
Los tres días pasaron más rápido de lo que yo pensaba. El día anterior empece a hacer la maleta. La coloqué encima de la cama y empece a doblar la ropa y demás. Mientras, mi madre estaba mirándome desde el marco de la puesta, esbozando su preciosa sonrisa, la que cada vez se repetía mas en ella.

1 comentario:

  1. asdfghjklñlkjhgfdsasdfghjklñ Como el anterior, ¡PERFEEEEECTOO! Joder, es que escribes tan asdfhjklñhgfds ¿sabes? De verdad, no puedo esperar a que se vaya a Inglaterra, LA CUIDAD DE LIAM! asdfghjklkjhgfdsa DE VERDAD QUE LA IDEA ES GENIAL! asdfghjklñlkjhgfdsa SIGUIEEEEEENTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE TEAMOOOO BESOOOS!
    Att-M, Directioner&Tributo

    ResponderEliminar